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  1. RIESGOS DE INTERNET PARA MENORES

7 riesgos que tiene Internet para los menores de edad

Internet fue un gran avance para la sociedad, permitiendo el acceso a información antes impensable. Los dispositivos móviles fueron un gran invento, permitiéndonos enviar o recibir llamadas en cualquier lugar.

La combinación de Internet y los móviles fue otro gran salto que cambió nuestras costumbres. Hace unos años pocos imaginaban que una escena habitual en cualquier terraza de bar sería gente que mirando una pequeña pantalla está leyendo noticias, enviando mensajes, compartiendo una foto de la ración de patatas bravas…

Pero como todo en esta vida, a pesar de tener muchos pros, también tiene sus contras.

Internet es un mundo prácticamente sin fronteras, donde se puede acceder a cualquier información o herramienta, y por ello es importante como padres estar al tanto de cuáles son los riesgos que tiene Internet para los menores, y cómo evitar en la medida de lo posible que nuestros hijos hagan algo que no deben.

Vamos a analizar los principales peligros de Internet en los niños:

  • Acceder a información no apta para menores (violencia, pornografía, juego, imágenes gore, etc.)
  • Contactar con gente sin buenas intenciones.
  • Compartir información privada (ciudad y colegio donde estudia, dirección, etc.)
  • Acosar o ser acosado.
  • Juegos o retos virales peligrosos.
  • Compartir fotos o videos exhibiéndose.
  • Ser víctima de chantaje o amenazas.
  • Realizar compras online, aún sin tener conocimiento de ello.
Niño pequeño mirando una tablet

Muchas veces por falta de tiempo, otras por desconocimiento, los padres no están al tanto de lo que hacen sus hijos ni de los peligros a los que están expuestos.

Lo primero y más importante, cuando a un niño o adolescente se le permite usar por su cuenta su teléfono o tablet, es explicarle bien cuáles son estos riesgos y cómo evitarlos.

Y no se trata de asustarlo, sino que de antemano sepa cuál es la realidad y entienda los riesgos de cada una de las situaciones, los por qués y las consecuencias, evitando así que pueda ser engañado por terceros, o que haga algo que le vaya a afectar personalmente.

Prohibir no suele ser la solución, sobre todo a ciertas edades, ya que puede ser incluso peor. Los hijos intentarán hacer aquello que no les dejamos en algún otro lugar o a escondidas, y aquí ya habremos perdido el control.

Información no apta para menores

Hay ciertos tipos de contenidos que de ser visualizados pueden afectar incluso a personas adultas, por lo que un menor puede quedar bastante traumatizado según lo que vea.

Si hablamos de contenidos violentos o sangrientos, a los más pequeños se les puede recordar lo mal que lo pasan por la noche cuando han visto algún video “de miedo”.

Logotipo YouTube Kids

Para niños de corta edad es recomendable utilizar YouTube Kids. Esta aplicación, disponible tanto para Android como para iOS, es perfecta para ellos, ya que permite sólo el acceso a contenido apto para niños pequeños, como vídeos de dibujos, musicales, educativos, etc..

Además tiene disponibles varias opciones accesibles sólo por los padres, para poder impedir buscar ciertos vídeos o restringir la visualización de otros, configurar un temporizador para limitar el tiempo que van a estar viendo vídeos, etc.

Contactar con gente sin buenas intenciones

Las plataformas de chateo (conversaciones online mediante texto o video) pueden ser muy divertidas, ayudan a conocer gente de cualquier lugar, conocer otras culturas, aprender….

Pero al mismo tiempo entrañan un gran riesgo, ya que hay depredadores que dicen ser quien no son (sexo, edad, lugar…), para así conseguir algo del menor con quien han contactado, tanto material audiovisual, como verse en persona.

Aquí hay que hacer mención a la importancia que tiene no dar datos que puedan permitir a un tercero acceder al menor en persona. Si se menciona el colegio donde estudia, alguien podría intentar acudir para una toma contacto. Cuando se dan ciertos datos personales, es mejor limitarse al nombre de la ciudad.

Estas plataformas de chateo llaman la atención de los niños enseguida, por lo que si son hijos pequeños, cuando muestren interés por estas herramientas, una buena forma de introducirles es hacerlo junto a ellos, a modo de juego. Invitarles a que pregunten algo a la otra persona, o ayudándoles a responder, y así en cuanto notemos algo raro en los mensajes recibidos, podemos desconectar y explicarles por qué lo hemos hecho, de forma que no caiga en engaños y vaya aprendiendo a cómo comportarse cuando esté a solas.

Hombre escribiendo en un portátil

Con los adolescentes el tema es más complicado, ya que querrán privacidad y que respetes su intimidad. Para este caso, lo más recomendable es explicarles que no deben fiarse de nadie de primeras, que jamás compartan información privada, que entiendan bien el tipo de gente que se pueden encontrar y lo que puede pasar, y dejarles claro que estamos allí para ellos si tienen cualquier problema o duda.

Hay situaciones habituales que deberían conocer de antemano para no asustarse, reaccionando de forma incorrecta por miedo o desconocimiento. Por ejemplo, la otra persona les manda un fichero con fotos suyas, y luego dice que es un virus (que probablemente no sea cierto), pidiendo a cambio fotos comprometedoras, amenazando si no hace algo en concreto, etc.

Acosar o ser acosado

Gracias al anonimato que ofrece Internet, el acoso está a la orden del día, sobre todo entre los menores de edad.

Saber si nuestro hijo está acosando a alguien es difícil excepto que tengamos acceso a sus mensajes o conversaciones. En algunas ocasiones es posible que incluso lo hagan sin ser conscientes del daño que están causando, sobre todo cuando es en grupo.

Lo esencial es que tengan claro que hay una diferencia entre bromear con alguien que se toma bien las cosas, o no parar de insultar o faltar el respeto a alguien que demuestra claramente que no le gusta lo que le está pasando. Básicamente, no ser malos con quien no se lo merece.

Es importante también decirles que si detectan que uno o varios están haciendo acoso a alguien o se están sobrepasando, por ejemplo en un chat de grupo de clase, nos lo notifiquen para así poder ver qué está ocurriendo y hablar con quien corresponda (otros padres, el colegio).

Y para el caso contrario, una vez más se les debe dejar claro que los padres están para ayudar si sucede algo. En casos de acoso online que afecten a la salud del menor lo mejor es desconectar de la red social o plataforma para dejar de recibir el bombardeo de mensajes.

Chica acosada desde Internet

Hay que estar atento al estado del hijo, por ejemplo si se muestra con ansiedad, se cierra a preguntas o responde siempre a la defensiva diciendo que está bien y que no pasa, o su comportamiento y costumbres cambian drásticamente. Podría ser señal de que algo está ocurriendo en el colegio.

Otro tipo de acoso son las críticas negativas o destructivas gratuitas a contenidos que el menor publica. Por ejemplo, muchos chavales abren un canal de YouTube y publican vídeos (cantando, tocando un instrumento, actuando, o hablando de su vida), o bien publican cosas en Instagram.

Por desgracia mucha gente se divierte publicando comentarios negativos con el objetivo de dañar al usuario. No todo el mundo es capaz de ignorar este tipo de comentarios, generalmente llamados "troll". Esto afecta incluso a adultos que en ocasiones llegan incluso a eliminar su cuenta, por lo que los menores deben tener bien claro de antemano que esto puede ocurrir. Si les afecta y no son capaces de enfrentarse a ello, la solución puede ser bloquear los comentarios, o bien abandonar esta práctica.

Lo mejor es ignorar este tipo de comentarios y no responder, ya que estaríamos alimentando al troll, que muy probablemente va a responder con algo peor. La clave es tener bien claro que esa opinión no tiene por qué ser verdadera, sino creada para hacer daño o por envidia. Se suele decir que cuando alguien recibe muchos comentarios troll, es que está haciendo algo bien.

Juegos o retos virales peligrosos

A estas alturas seguro que prácticamente todos hemos leído alguna noticia sobre retos virales que han causado daños graves e incluso muertes.

Se trata de juegos que empiezan como algo sencillo, y se van complicando. Son retos que se hacen online, que empiezan con cosas como parar a alguien por la calle y preguntarle la hora, pasando por realizarse cortes en el cuerpo, y en algunos casos hasta saltar desde un edificio como última prueba.

Cuchillo y calavera representando el riesgo de los retos virales

Que nuestros hijos entren en estos retos es tan sencillo como que entiendan lo absurdo que es, transmitirles que son creados por gente que sólo quiere hacer daño, que no aporta nada, y que si empiezan es muy probable que a través de amenazas o engaños se vean obligados a seguir. Enseñarles noticias de niños que han muerto por realizar el reto podría ser positivo también.

Puede que aún así no lo podamos evitar ya que cada adolescente es un mundo, pero para según qué casos al menos estarán concienciados de antemano y no harán caso al que les invite a entrar.

Compartir fotos o vídeos exhibiéndose

Es más habitual de lo que creemos que los menores compartan imágenes suyas exhibiéndose.

Hay aplicaciones de chat en vídeo donde un usuario emite desde su cámara mientras otros usuarios conectan para ver al emisor, y que funcionan mediante sistemas de puntos o regalos que los visitantes envían al emisor. Es frecuente que menores de edad acepten peticiones de enseñar algo, e incluso se ofrezcan, a cambio de puntos o regalos.

Sabiendo esto, como padres es importante transmitirles que hacer eso puede ser muy peligroso. Aunque en ese momento lo consideren como algo sin importancia, tienen que tener constancia que estas emisiones suelen ser grabadas, y las fotos y vídeos pueden acabar en algunas páginas de Internet.

Niña de espaldas

Y lo mismo sucede con aplicaciones o chats donde agregas amigos y mantienes videollamadas privadas de uno a uno, así como en plataformas de chat anónimas donde el sistema te conecta automáticamente con otro usuario al azar. Todas estas emisiones pueden estar siendo grabadas para posterior difusión.

En este caso hay que estar atentos a si nuestro hijo o hija pasa mucho tiempo encerrado en el cuarto de baño, ya que puede ser una pista de que pueda estar haciendo algo que no quiere que veamos. También lo puede hacer desde su habitación, por lo que si la puerta pasa mucho tiempo cerrada mientras está con el móvil sería recomendable hablarlo.

Realizar compras online

Tener instaladas en el móvil o tablet aplicaciones como Amazon, Wish, AliExpress, etc. puede entrañar un riesgo si no se toman las medidas de seguridad apropiadas. Un menor, aún sin mala intención, puede acceder y buscar productos, agregarlos a la lista de compra y realizar el pago.

Lo más recomendable es configurar la aplicación (si lo permite) para que requiera algún tipo de clave. Otra opción es bloquear la apertura de la aplicación entera mediante PIN o huella dactilar.

Pero no sólo las aplicaciones de compra suponen un riesgo. Hoy en día prácticamente todos los juegos de móvil o tablet denominados gratuitos utilizan el sistema pay-to-play, que básicamente significa pagar por jugar.

Permiten jugar sin abonar nada, pero limitan el tiempo de juego, movimientos, etc. de forma que si quieres más, debes utilizar gemas, que a su vez se obtienen con dinero.

Así por ejemplo un juego de puzzles puede permitir jugar tres puzzles al día, y si quieres jugar otros tres, debes esperar a mañana, o bien desbloquearlos usando 10 gemas. El juego puede ofrecer paquetes de gemas como por ejemplo 30 gemas por 0,99€, 100 gemas por 2,50€, etc.

Lo que debemos hacer es configurar el dispositivo para que pida una contraseña o huella dactilar para realizar pagos, de forma que el niño no pueda por su cuenta realizar este tipo de compras en juegos.

Aplicaciones de control y seguridad

El propio sistema operativo del dispositivo, bien se Android, Mac o Windows, suele ofrecer opciones de seguridad, aunque en algunos casos limitadas. Existen aplicaciones que permiten configuraciones más avanzadas dando a los padres más control.

Puede ser interesante por ejemplo no permitir la apertura de navegadores web (para el caso de niños pequeños), impidiendo así que puedan navegar por su cuenta. También podemos impedir la apertura de determinadas aplicaciones, bloqueando con un PIN o huella dactilar (banca, redes sociales, compras, etc.).

De este modo cuando le dejamos un móvil o tablet podemos estar tranquilos sabiendo que no va a abrir un navegador y ponerse a buscar cualquier cosa, ni acceder a determinadas aplicaciones o contenidos.

Norton App Lock

Esta aplicación permite bloquear otras apps que tengamos instaladas de forma que sólo se puedan abrir mediante un pin o huella dactilar, evitando así que menores de edad accedan donde no queremos.

Está disponible para Android en el Play Store.

Control de tiempo y accesos

Tanto Mac OS como Android incluyen en sus sistema la posibilidad de configurar el tiempo que puede permanecer abierta una aplicación. De este modo podemos, por ejemplo, evitar que nuestros hijos pasen más de una hora al día en la app de Facebook.

En el caso de Android, las últimas versiones incluyen el sistema Family Link de Google, que permite supervisar el dispositivo de forma remota.

Primero deberemos configurar el móvil de nuestro hijo y después vincular nuestra cuenta Gmail con la suya.